Eres mi relación más complicada pero también la más bonita. Decidí estar contigo no por pasar el rato, no por intentar algo que dure poco, no simplemente para ver qué pasaba; decidí estar contigo con la intención de que te quedaras para siempre, de que fueras tú esa persona que formara parte de las historias que le contaré a mis nietos, de que estés en esa colección de fotografías que durarán toda la vida.

Te quiero poco, bonito y para siempre; poco porque me queda una vida para amarte, bonito porque no hay otra manera de quererte y para siempre porque pase lo que pase siempre va a ser así.

Me gustaría no tener que alejarme nunca, poder evitar para siempre las despedidas y poder perderme en tus labios día con día; me gustaría que jamás dejaras de mirarme, sí, así como solo tú me miras.

Porque te quedaste conmigo en el peor momento y mereces lo mejor de mi, porque te haz entregado de mil maneras sin dudarlo y sin esperar nada, porque me haz querido sin temor, porque sigo siendo perfecta para ti a pesar de todos mis defectos, porque te haz enamorado de mis errores, de mis caprichos, de mis pasiones. Porque haz decidido estar a mi lado teniendo la oportunidad de salir huyendo, y siempre sin pensarlo te haz quedado aquí.